Sin mapa...

El documental de Calle 13 nos ofrece una increíble oportunidad de conocer un poco mas a fondo aquellos lugares y culturas que de una u otra forma hemos terminado por relegar al olvido... Vivimos en una sociedad demasiado encaminada en el ser como individual que permitimos que nuestra labor como personas en una comunidad sea dejada de un lado... Es precisamente eso lo que más nos pone a reflexionar con este trabajo tan diferente y al mismo tiempo tan igual, que Calle 13 nos presenta.

Nos hemos acostumbrado a sus letras directas y a sus vídeos donde la naturaleza es resaltada con gran majestuosidad, incluso hemos terminado por creernos su fachada de chicos duros y demás apelativos, cuando en realidad son dos personas (Tanto Residente como Visitante) que han tenido que vivir una serie de sucesos para convertirse en lo que son hoy en día y que han querido resaltarnos a nosotros, jóvenes y adultos que hemos comenzado a olvidar a pasos agigantados nuestras raíces; lo importante que es ese pasado, esos sucesos que marcaron la historia y han hecho del mundo lo que hoy es... Sobretodo en el aspecto de latino américa, que ha sufrido una serie de transformaciones y adaptaciones de papeles que en realidad tienen su cuna y fundamento en "otros lados".

Nuestros indigenas, los pocos que nos quedan hoy en día, permanecen olvidados en sus pequeñas tierras y su cultura, esa que tanto se preservaba en el pasado, se ha convertido de a pocos en un espejo de algo antiguo más no vigente.

¿Queremos eso? Por lo menos yo no, este documental ha servido precisamente para eso, me ha abierto los ojo de cierta forma y me ha permitido re-evaluar mi condición de persona dentro de una sociedad y dentro de una historia en conjunto. Lo importante no son los lujos o las condiciones de tener más; lo realmente esencial es nuestra capacidad de apreciar lo que se tiene y lo que se tuvo... Nuestra historia como pueblos de esta región es de esas cosas que deben ser apreciadas y preservadas porque somo nosotros lo que queda de ello. 

Sin Mapa presenta así la oportunidad de generar un cambio en nosotros y de promover esa protección que nuestro desinteresado estado les ha negado, a quienes; aunque no lo creamos; son nuestra propia sangre.