Supongo
que en realidad si tenía grandes expectativas sobre la cumbre, o por lo menos,
sobre lo que se supone (y yo sé) que debe ser la cumbre.
Pero
lo único que quedo de ella fue una desazón compartida por aquellos que hemos
llegado a leer algo sobre el tema. Para los demás colombianos resulto ser un
fiasco solo debido a que una artista reconocida y colombiana la embarro con el
himno. Las cosas no deberían de ser así, por supuesto.
Todo
deberíamos ponernos en la labor de reconocer porque fue un fracaso, que fue lo
que nuestro presidente (los senadores, ministros o los que se supone debían
organizar dicho evento) hicieron para que se llevara a cabo y porque eso no se
dio.
Durante
unas semanas antes de la cumbre y durante el desarrollo de esta, los medios de
televisión colombianos nombraron cuatro aspectos importantes de todo el dichoso
evento:
1 • Que
Obama, el presidente de Estados Unidos, decidió asistir a la cumbre y que
Colombia lo recibía orgulloso.
2 • Que
se hablaría del tema de Cuba y de incluirlo en la próxima cumbre como país de
importancia.
3 • Que
se hablaría en gran medida sobre la legalización de la droga para acabar con el
narcotráfico.
4 • Que
se aprovecharía la instancia del presidente norteamericano para hablar lo del
TLC.
Pues
bien, de esos cuatro aspectos que los medios tocaron con gran énfasis en todos
sus noticieros, solo dos se llevaron con plenitud a cabo y aún así existe una
inconformidad general que no puede llenarse.
Si,
Obama efectivamente vino a Colombia por la cumbre y dejo tras de sí una serie
de escándalos de espionaje, descuido y de su secretaria de gobierno de rumba.
Si, se hablo del TLC; propiamente, se firmo de una buena vez y este entro en
vigencia en nuestro país a partir del 15 de este mes (Hace, cinco días).
Pero
no, no se hablo de Cuba; más bien, el tema fue completamente sacado de la
agenda de conversación, lo que provoco graves reacciones entre los miembros,
cosa que a vivo el hecho de Venezuela no asistió a la dichosa cumbre.
Y
no, tampoco se hizo nada por el asunto de la droga, quedo aún pero que lo de
Cuba, más a la deriva que antes y seguimos sin concluir nada de nada.
Habían
muchos más temas pero lo cierto es que ninguno de ellos logro llenar por
completo lo que se esperaba y por lo mismo, los presidentes visitantes se
fueron con la vaga sensación de que Colombia era buena organizando eventos pero
que políticamente era pésima.